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Kitaro

GeGeGe no Kitaro es un manga legendario, con el que muchas japoneses han crecido, y es una lectura sorprendente y amena.

Un autor peculiar

Shigeru Mizuki (nacido Shigeru Mura), nació en 1922 y creció en Sakaiminato, una pequeña ciudad costera. Allá tuvo una infancia feliz junto a su familia y a “Nonomba”, una anciana muy creyente en lo sobrenatural y que, según él recuerda, le explicó muchas historias de “yokai” – seres sobrenaturales japoneses-. Tras participar en la Segunda Guerra Mundial en la isla de Nueva Guinea y perder un brazo debido a una explosión, fue alternando varios trabajos hasta que consiguió convertirse en mangaka. En 1965 creó la que sería su primera gran obra, y por la que todos los japoneses lo recuerdan: GeGeGe no Kitaro.

La obra se podría resumir de la siguiente manera: Kitaro es un niño fantasma, el último de su especie, que se dedica a ayudar a las personas frente a los yokai (fantasmas o monstruos japoneses) más malvados. A Kitaro le acompaña un ojo con un diminuto cuerpo: su padre (sí, su padre es un ojo andante). A través de sus historias episódicas, conocemos un mundo sobrenatural no tan terrible como parece a primera vista. Y es que en general los yokai no tienen por qué ser malvados si no los molestas.

Abrazando la oscuridad

Si bien es una obra de corte infantil, con un desarrollo de personajes no excesivamente elaborado, la ambientación es realmente oscura. Entiendo que en la época los yokai eran bien conocidos del folklore japonés y no forzosamente relacionados con algo maligno, pero me imagino que el ambiente lúgubre del manga debía generar una gran impresión en los niños japoneses. Tanto, que me parece muy dificil imaginar cómo habría encajado esta obra en un contexto occidental en esa época.

De hecho, la primera historia contenida en el volumen, donde se explica de donde proviene Kitaro, es realmente dura y extraña, con imágenes bastante grotescas y en la que ya vemos que la interacción entre seres humanos y seres sobrenaturales es compleja. El tomo acaba con una historia muy entretenida y mucho más ligera (aunque haya fallecidos por doquier) que tiene mucho de simbólico: los monstruos occidentales clásicos (Drácula, el hombre lobo, Frankenstein y una bruja), se enfrentan a los yokai japoneses. Como es obvio, Kitaro será quien desequilibre la balanza a favor de los espíritus asiáticos, que expulsarán a los invasores.

Gegege no Kitaro interior

Kitaro es un homenaje a lo extraño

Por época, no se puede evitar comparar con las obras de Charles Addams, y se asemejan bastante sorprendentemente, aunque el tono de Kitaro es más extraño si cabe. Temas como la diversidad, el respeto por la naturaleza y la aceptación de lo aparentemente inexplicable inundan toda la obra. El mensaje, muy habitual en el país nipón, da relevancia e interés añadidos a una obra de estas características. El dibujo también resulta particularmente interesante, ya que Shigeru Mizuki , con mejores resultados incluso que Osamu Tezuka, experimenta con diversas técnicas diferentes que consiguen transmitir este ambiente tan particular que define a la obra.

En fin, un manga que a día de hoy, a pesar de los años, resulta entretenida sobretodo por su tono oscuro para una obra considerada infantil. La mezcla entre dibujo cartoon y unos ambientes tan detallados son un gran acierto de Shigeru Mizuki, que ha hecho crecer a Kitaro junto a muchas generaciones de japoneses.

Pros

  • Aproximación muy curiosa al mundo sobrenatural japonés para los más jóvenes
  • Su mensaje de aceptación por lo diferente y lo desconocido

Contras

  • Como toda obra de época, hay que aceptar una cierta inocencia en el argumento

Recomendado para:

Disfrutar con un terror foráneo apto para los más jóvenes.

Para leer si te ha gustado:

La familia Addams o su último producto audiovisual, Miércoles, de Netflix

Autores: Shigeru Mizuki

Editorial: Astiberri

Páginas: 224 (x tomo)

Precio: 18€

Edad recomendada: a partir de 9 años