Este año un amigo invisible que sospecho que vive en Berlín me ha traído una curiosidad con viñetas y bocadillos, (¡Ostras! los elementos compartidos por una novela gráfica y un cómic… guiño, guiño). En fin que tengo en mi estantería Kinderland, de Mawil, un cómic alemán en su edición francesa (el alemán lo llevo regular…). ¿Mi amigo invisible habrá acertado?
Una infancia en la RDA
Kinderland relata cómo se desarrollaba la infancia en el lado socialista alemán poco antes de la caída del muro. Su protagonista, Mirco, tiene todos los elementos que hacen de él fácilmente abusable… es pequeñín, lleva gafas y, por qué no decirlo, es bastante miedica. Pero se hará amigo de un chico nuevo de la otra clase con muy mala reputación. Juntos se aficionarán al Ping pong, convirtiéndose en los mejores jugadores de este deporte de la escuela. Crecerá entonces la ambición de crear un torneo estudiantil de Ping pong…
Mawil retrata muy bien a los personajes, tomándose su tiempo en mostrarnos sus motivaciones, dudas y preocupaciones. El ritmo de lectura es lento, pero constante, con una sorprendente agilidad a la hora de mostrar los partidos de Ping pong, llegando a alcanzar altas cotas de epicidad. Su estilo de dibujo, cercano al cartoon, hace que todo sea muy dinámico, con un diseño de personajes que los define muy bien.

La importancia del punto de vista
Una de las cosas que me parecen muy interesantes es que Kinderland traslada a la perfección el punto de vista de los niños. Los problemas inherentes a la situación política del momento sólo se perciben de soslayo y parece que solo preocupan a los adultos. Los niños están acostumbrados, no conocen otra cosa y lo aceptan todo tal como viene. Me parece muy realista y un acierto que así sea. Les importa su día a día, los amigos de la escuela o el Ping pong.
«Para cualquiera que quiera entender cómo era la vida en la Alemania Oriental comunista, Kinderland de Mawil es una lectura obligada.»
Michael Pilz, Die Welt
Es cierto que la tensión inherente entre los adultos y los niños se ve reforzada por la situación que vivían en la época, pero el motivo de las discusiones pueden ser perfectamente replicables hoy en día aquí mismo. En el fondo, aunque esté ambientada en un momento especialmente convulso, la mayor parte de esta historia podría estar ambientada en cualquier sitio y cualquier momento.
En resumen, un cómic y un autor que desconocía completamente, al cual se le nota mucho oficio y narrativamente tiene mucho nivel. Seguiré con interés lo que haga. Me ha sorprendido no verla editada aquí, y más teniendo en cuenta que se editan muchas obras que ni mucho menos alcanzan este nivel. A ver si alguna editorial se anima. Ah… ¡y qué bien tener amigos invisibles que me conocen tan bien! 🙂

«Mawil recaptura brillantemente la experiencia mundana y trascendental de crecer detrás del Muro de Berlín. Contada a través de su visión infantil pero con su sensible percepción adulta, Kinderland es su obra maestra.»
Paul Gravett
Pros
- Los niños están tratados con mucho cariño.
- El dinamismo de las escenas de Ping pong.
Contras
- El ritmo es en general pausado y tranquilo, si no te gustan este tipo de obras puede ser que no entres en su juego.
Recomendado para:
Amantes de las historias “slice of life” con un contexto histórico. De todas maneras es una obra apreciable que una vez leída dejará un buen regusto a casi todos.
Para leer si te ha gustado:
Goodbye Lenin de Wolfgang Becker
Autores: Mawil
Editorial: Gallimard en su edición francesa
Páginas: 292
Precio: No quiero saberlo… 😉
Edad recomendada: a partir de 12 años









